Siempre he sentido la necesidad de tener un huerto familiar, cultivar mis propios alimentos, pero la vida me ha llevado por otros caminos, hasta que hace unos años volví a la casa familiar, dónde aquel pequeño jardín despertó recuerdos de infancia en los que acompañaba a mis padres al huerto. Pero mi falta de experiencia, el trabajo y cuidar de la familia, hizo que este sueño se fuera retrasando año tras año. Un día alguien habló de Vidaverdi, vi su perfil y me gustó. Me apunté al curso cuando entendí, gracias a ella, que si usaba el método sin labrar ya no tenía excusas para no empezar a cultivar mis alimentos. Decidirme por Estela y su curso fue un acierto, los inicios no fueron fáciles porque la inexperiencia te hace escuchar a gente que no entiende el método sin labrar, pero una vez arrancada la huerta este método es una maravilla. Veo los vecinos que usan el método tradicional y hay meses enteros que tienen los terrenos vacíos y mi pequeño huerto no para de producir, sin necesidad de preparar intensivamente el terreno o preparar zanjas. Solo hace 8 o 9 meses que arranqué este pequeño proyecto y ni yo misma hubiera imaginado cultivar, alcachofas, tomates, kale, pimientos y un largo etc.

Tengo una niña de 3 años. He pasado mucho tiempo viajando y trabajando en la conservación de la naturaleza en varios países. Regresé hace un año a casa con mi bebé. A principios de este año recordé que mis padres tenían una parcela que no estaban utilizando, y pensé que tal vez sería una buena idea para empezar un huerto allí. Empecé con 6 cajones, después amplié a 15 con las hortalizas de veranos, y ahora voy a poner 5 más. Sigo sin tener mucho tiempo, pero con las recomendaciones de Estela el huerto va prácticamente solo, y estoy muy orgullosa de lo que he hecho, y de lo que como que he producido yo. ¡Hay días que me dedico a repartir las hortalizas entre mis amigos o familiares, para compartir esos logros del campo! Me gusta la sencillez en que lo cuenta y la forma en que te hace creer que eres capaz de hacerlo. ¡Todos deberíamos tener un huerto! Como se nos escapaban muchas cosas, hicimos el curso y con él vimos qué hacíamos mal y qué podíamos mejorar. A día de hoy aún hay muchas cosas por hacer y mejorar, pero creo que ya va encaminado un poco a lo que queremos. Aprendí cómo visualizarlo y organizarlo en un futuro a la hora de tener la casa, sobre todo intentando enfocarlo con la perspectiva de la permacultura. Y cuando obtuvimos el terreno, nos pusimos manos a la obra.

Estoy súper contenta y quiero agradecerte la labor que haces y que impartas los talleres porque me ha servido de impulso para darle un giro enorme a mis huertos. Tengo que aprender muchísimo y seguramente cometeré errores, ¡pero de ellos aprenderé! También he conseguido hacer la planificación anual de los bancales y me siendo muy orgullosa y tranquila ahora que los tengo.

Decidí apuntarme para aprender nuevos métodos y porque al estar en ciudad, solo tengo una galería en la que puedo tener un mini huerto y no sabía cómo empezar.

Decidí apuntarme a un taller cuando mi huerto ya estaba en marcha y empezaba a desmadrarse. Estela me ayudó mucho, aprendí que la poda y una buena estructura de tutores para los tomates son muy importantes. El año que viene lo plantearé mejor desde el principio, pero una buena poda valió la pena aunque fuera tarde y sacamos una gran cosecha. Me encantó porque fue un no parar de recomendaciones prácticas que pude aplicar al huerto nada más acabar.